Pleno de la inocencia más profunda
vive tu sencillez, perennemente,
todo Dios, todo Amor, todo Belleza,
que no puede entender ese juguete
del falso credo de los hombres tristes
que inventan laberintos y se pierden.
Plenos de la inocencia más fecunda
y bendita creamos los edenes
donde juega el más grande Creador
con los niños de siempre,
los ángeles de todos los colores
y sabios e inocentes.
Jesús María Bustelo Acevedo
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