Y vivir, plenitud, plenitud del servicio,
que es el vicio del Ser, tu alegría y tu oficio;
y morir es vacío, escasez, sacrificio
que no ve la virtud de vivir, ¡plenitud!
Plenitud, que es el agua que se ofrenda despacio
en los labios de un Cristo amoroso en que sacio
mis anhelos de un Dios al que el mundo es reacio
cuando no lo contempla Su Divina Virtud.
Su Divina Virtud, ese es el sacerdocio
que subraya el Amor, pero que tacha el ocio
que desprecia el servicio y somete el negocio
de afirmar el deseo y negar la salud.
¡Te saludo, Virtud de vivir santo y recio!,
un regalo de Dios, siempre expuesto a que el necio
otra vez confundiera el valor con el precio,
cuando es gratis la Gracia como la gratitud.
¡Que es vivir plenitud, plenitud y servicio,
y la Gracia de Dios tu alegría, y tu oficio
expresar esa Gracia e inmortal beneficio
que nos da Su Virtud!
Jesús María Bustelo Acevedo
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